En proceso

El sentir del ajeno, es propio de un verso triste que se ha creado entre contemplaciones y reproches dolientes.
Si vos sentís y yo siento, y el sentir no es más que dolor, es probable que una o ambas almas caigan al precipicio de la angustia con titulo de eternidad marcada.
Sin querer, presté al tiempo el tropiezo inalterable que cambió mi parecer, mi mente se ha visto devastada, el derrumbe provocó que surgieran ideas llenas de superaciones desamparadas.
Pero aun me mantengo firme, espontánea y rencorosa, esperando que se subleven las aguas de este diálogo poco factible para aquel que deseó y no pudo, que soñó y fue despertado sin aviso alguno.

By: Carelia Gajardo

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