Cuando la conciencia toma "conciencia" del presente en el que
se encuentra, los desafíos y miedos son más intensos para cubrir el mayor
territorio posible.
Cuando el amor que se prometió decide amar, mas allá de las
circunstancias y de los dolores alimentados por las oposiciones, este se hace
mas fuerte aunque las cicatrices sean marcas de por vida.
¿En qué momento empezamos a pensar por nosotros mismos
cuando ni siquiera tenemos el control verdadero de la vida?
Disparar contra la realidad es querer desaparecer de lo que
nos tocó vivir.
Desear aquello que no se puede es lacerar el alma, día a
día, creyendo que con ilusiones la vida puede permanecer intacta.
¿Cuántos libros escribiría solo con los sueños ahogados en
una almohada, cuantas montañas se inclinarían ante la soberbia de lo no
concretado?
Despertar para seguir, y nuevamente darle batalla a lo real,
quiérase o no.
0 comentarios:
Publicar un comentario