Silencio de auxilio

El Río anda.
Por pueblos olvidados anda.
Esos que carecen de visitas, compactados en lugares que ni aun el mejor explorador puede descubrir.
Se detiene y piensa: ¿Quién destapará ese inmenso
volcán de necesidades? No es cosa fácil, solo el mas valiente de los maestros puede realizarlo con detenimiento y sabiduría.
Las almas de esos seres, estallan por ser escuchadas, pero su silencio permanece inmóvil y firme, invalidándolos por completo.
No es maldad, es ignorancia de no saber como hacerlo.
Y ahí quedan, sumergidos en sueños inertes.
Saben que son pedazos de nada para la disciplina del mundo, en lugares lejanos donde ni la bandera patria tiene valor, pero hace que el más humilde lleve con orgullo esa estampa.
A viva voz exigen que sus difíciles vidas sean descubiertas, que alguien venga y les abra la puerta, puerta que jamás encontrarán de no ser hallados.
Pero su silencio permanece inmóvil y firme, invalidándolos por completo.
Llora el Río mientras pasa, anhelando que el encuentro sea pronto, que dejen de reflejarse los rostros de los niños hambrientos, los descalzos, los que no poseen abrigo para cubrirse del frío aterrador y mortal que sin pena arrasa con las almas cabizbajas por la falta de aliento.
Que no desesperen, hoy ha sido al Río al que le fue revelado.
Que no desesperen, que llegará el día que serán escuchados.


By Carelia Gajardo.

1 comentarios:

Forever dijo...

Muy bueno, muy muy bueno!

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